IMPORTANTE: (sisi, lo encontre por ahi y re garpa)
Cuando un ex que te dejó te manda un mensaje, en el 90% de los casos es para comprobar que todavía te tiene, pese a haberte dejado. Y es lógico. Porque, dentro de su conchudez, nunca imaginó, en el momento en que te dejó, que te perdía. ¿Cómo iba a perder a esa pobre piba que estaba destrozada? ¿Que habría hecho cualquier cosa por seguir con el? (y que, de hecho, tal vez lo hizo, en los primero días posteriores a la ruptura).
Cuando pasado un tiempo X deja de tener noticias de esa ex a la que dejó, empieza a preguntarse: “¿Qué pasa con ella?”, “¿Se olvidó de mí?”, “¿Tendrá otro?”. Y para satisfacer esta curiosidad no tiene más que mandar un SMS o un mail diciendo… cualquier pelotudez. Es entonces cuando, por medio de nuestra respuesta, se queda tranquilo: sabe que nos tiene ahí. Como siempre.
Ejemplo:
Mensaje de él: “Sólo quiero que sepas que te extraño”.
Respuesta de la CB (Clásica Boluda): “Yo también te extraño. ¿Por qué no nos encontramos y hablamos? Te amo”.
Listo. A la mierda: ya tiene lo que quería.
Después de eso, puede venir otro mensaje de él que dice: “No te dije eso, sólo te decía que te extrañaba”. (Si es que se digna a mandarlo, porque tal vez ni eso).
Hay ciertos mensajes que podríamos llamar “informativos”: aquellos en donde no te pregunta nada. Y, obviamente, tampoco te propone nada. Estos mensajes suelen ser interpretados erróneamente como una propuesta o un acercamiento para volver. Ejemplo: “Te extraño y siempre voy a llevar conmigo los momentos que pasamos”. "¡Vamoh! ¡Quiere volver!", pensaría la CB. Pero… ¿dónde dice que quiere volver? Son muy asututos, naturalmente, y saben que con ese mensaje van a obtener la respuesta tranquilizadora que les haga sentir que nos dejaron, pero que no nos perdieron.
Por eso, este tipo de mensajes “informativos” deben ser recibidos de la misma manera que los mensajes informativos de la compañía de celulares, que nos dicen: “Con la compra de una tarjeta de 20 pesos, te llevás 40 sms de regalo”. ¿Acaso respondés esos mensajes? No. Simplemente, te das por informada. Punto. Y, en caso de que el tipo en cuestión te pregunte por que no le respondés los mensajes, podés tranquilamente contestarle: “Porque no me preguntaste nada”.
Cuando los mensajes contienen una pregunta, hay que responderlos: no responder a una pregunta concreta denota resentimiento. Y resentimiento no es otra cosa que “re-sentimiento”. Pero recordemos que nuestra filosofía apunta a que él sienta que nos está perdiendo para que, así, nos valore: lo último que tenemos que demostrarle es bronca. Porque, si tenemos bronca, es porque todavía seguimos enganchadas con él.
En consecuencia, se debe responder los mensajes que contienen una pregunta, pero de la manera más breve posible.
Ejemplo:
Mensaje de él: “Hola. ¿Cómo estás?".
Respuesta tuya: “Bien”.
Pero ojo: no es “Bien. ¿Y vos?”. Ni “Bien, gracias…”. Mucho menos: “Mal… extrañándote y bla bla bla…”. La respuesta es, simplemente, “Bien”. Eso hará que él piense: "Caramba… ¡la habilito para que me contacte, para que me diga algo, y sólo responde 'bien'?". Ahí va a darse cuenta de que no te tiene tan en su poder como creía. Una excepción a esta norma podría ser el clásico “Feliz cumpleaños”, en el que la ausencia de respuesta de nuestra parte también podría denotar bronca. En estos casos, lo ideal es responder: “Gracias”. Y por qué no: “Grcias” (como para que vea que tecleamos rápido y que ni nos detuvimos a revisar o corregir el mensaje).
A veces, estos “testeos” que nos envían para “chequear” qué pasa con nosotras pueden ir un poco más lejos y proponer un encuentro "para hablar". Ejemplo: “Me gustaría que nos encontremos para hablar”. Ahí la CB salta de alegría, pensando que el pibe quiere volver. Repito lo de antes: ¿Dónde dice que quiere volver? En muchísimos casos, el sujeto se conforma, solamente, con saber que saldrías corriendo a verlo y suele responder a tu aceptación inmediata con un “Mejor no… no quiero confundir las cosas”. O ni siquiera eso: dilata el encuentro, que luego nunca se produce.
En otros casos, el encuentro se produce, pero la charla no lleva a nada nuevo. Simplemente, te repiten lo que te habían dicho cuando te dejaron: que siguen confundidos; que te quieren mucho, pero que no pueden seguir. Suelen agregar que les gustaría no terminar mal, que se siguieran hablando y hasta que fuesen “amigos”. O sea: una Es bueno agregar que, en estos encuentros, solemos terminar a los besos (o en un telo), pero sin llegar a ningún tipo de reconciliación. ¿Y qué es lo que ha vuelto a pasar? Lo que ha vuelto a pasar es que volvieron a comprobar que aún estamos disponibles (con besos o sexo o sin ellos, porque nuestra sola presencia y la caripela que seguramente nos vio, en ese encuentro, nos mandaron presas, con pitos y matracas).
Por eso, en los casos donde nos envían un mensaje proponiendo hablar lo ideal es responder: “Decime, concretamente, qué me querés decir y si da, nos juntamos”. La respuesta que puede venir de su parte, en estos casos, puede ser: “Nada… quería hablar de la vida… de cómo van tus cosas…”. Ahí podés responderle: “Te dije que si daba nos juntábamos y la verdad que no da. Mi vida, bien. Un bso”. Otra opción hubiera sido responderle: “Enviame un mail y decime todo lo que me quieras decir. Si veo que da para juntarnos, lo hacemos. Sludos”.
Otro mensaje muy común de parte de él es: “¿Por qué me borraste el MSN?”. (Cosa que, indudablemente, hay que hacer con un ex que te dejó: el hecho de que nos vea online, cuando tenemos la opción de bloquearlo, sería lo mismo que pararnos como forras en al puerta de su casa. Y no sirve sólo bloquearlo porque, además de la tentación permanente de readmitirlo, vamos a estar pendientes de sus nicks, sus fotos Definitivamente, no ayuda). Ante esa pregunta lo ideal es responder: “Te borré de MSN porque mis contactos son sólo amigos, familiares y eventualmente algún novio: vos no entrás en ninguna de esas categorías. U bso”. Pero ojo: solo hay que repsonder eso si lo pregunta. Porque un mensaje de parte de él que diga “No puedo creer que me hayas borrado del MSN” no deja de ser otra cosa que, como dije antes, un mensaje “informativo” que no hay que responder.
Es fundamental no dejarnos llevar por nuestras pasiones, al momento de responder un SMS o mail de un ex. Eso podría hacer que vaya a parar a la mierda todo el esfuerzo que pusimos anteriormente para hacer las cosas bien, no humillarnos y hacerle sentir que seguimos adelante sin él y que nos está perdiendo.